Hay verdades minúsculas que pulsan desde otras puertas. Los versos de Sofía Blando tienen algunas de esas llaves. Con esencia de haiku este escrito sobre el agua deja la innegable sensación de que algo nos ha rozado. ¿Qué es? “Un pulso herido que ronda las cosas del otro lado” dice Federico García Lorca. La poeta dice “Azul” pero nosotros vemos otra cosa que no es un color.
Hay favoritismo hacia algunos de los paisajes de Sofía:
Si el latido del alba no cesa
ella emerge
de las tinieblas de la noche
para renacer en un suspiro
Es necesario desarmar la poesía para hacerla. Incendiarla, como dice Jorge Boccanera. Por eso luego llegan los silencios. Y el reposo. Estos poemas trasuntan un reposo que al mismo tiempo le dan la frágil altivez que hace falta para quemar. Quema en ojos gastados de leer y también en ojos nuevos de poesía.
Aquí el oficio del poeta quemar usando agua. Decir en silencios. Mostrar al esconder.
No puede haber dos sin tres. Agreguemos, además de Lorca y Boccanera, a Antonio Gamoneda (de los hechizos de Emily Dickinson, Olga Orozco y Alejandra Pizarnik ya dará cuenta el lector): que en la poesía "su realidad sea efectiva en el cuerpo de la palabra misma"
Sofía Blando construye su poesía en el cuerpo mismo de la palabra. Sucede. De pronto tenemos sabor a dátiles sin darnos cuenta
Aquí el oficio del poeta quemar usando agua. Decir en silencios. Mostrar al esconder.
No puede haber dos sin tres. Agreguemos, además de Lorca y Boccanera, a Antonio Gamoneda (de los hechizos de Emily Dickinson, Olga Orozco y Alejandra Pizarnik ya dará cuenta el lector): que en la poesía "su realidad sea efectiva en el cuerpo de la palabra misma"
Sofía Blando construye su poesía en el cuerpo mismo de la palabra. Sucede. De pronto tenemos sabor a dátiles sin darnos cuenta
Contratapa para Ojo de Agua escrita por Guillermo Del Zotto